lunes, 26 de octubre de 2009

PSIQUIATRIA Y PSICOLOGIA FORENSE    PARTE II



Es postura teórica frecuente asumir que parte de lo que ocurre psicológicamente en un criminal, particularmente el reincidente, es que carece de formas apropiadas (estrategias) para solucionar sus problemas personales. Solo en la medida en que el sistema judicial se comprometa a ayudar en proveerles experiencias distintas que le permitan adquirir destrezas reales y apropiadas para procesar alternativas cognitivas y conductuales podrá prevenirse que incurran en conductas de riesgo que le lleven al delito de nuevo. Por tanto, la teoría de la TJ persigue un objetivo firme y primario de prevención. Lo novedoso, sin embargo, no es el principio de prevención por sí mismo, sino la propuesta de que esta prevención tiene que ser obligación procesal del sistema legal mediante tratamiento institucionalizado. No garantiza la eliminación de toda reincidencia, pero se espera que mejore las estadísticas de prevención concienzada.

En resumen, y en las propias palabras de David Wexley:

"La jurisprudencia terapéutica es el estudio del rol de la ley como agente terapéutico, enfocando sobre el impacto de la ley en la vida emocional y en el estado psicológico de las personas. Estas áreas no han recibido mucha atención en el Derecho hasta ahora. La TJ enfoca su atención hacia estos aspectos ignorados, humanizando la ley al preocuparse por el ser humano. Básicamente, la TJ es una perspectiva que visualiza la ley como una fuerza social que produce conductas y consecuencias. A veces esas consecuencias caen en los parámetros de lo que es terapéutico, otras veces, las consecuencias son anti-terapéuticas. La TJ quiere que seamos conscientes" (1).

Wexley y Winick han creado la Organización de Jurisprudencia Terapéutica (puede conseguir su página principal en el portal de la organización la siguiente dirección: http://www.law.arizona.edu/depts/upr-intj), siendo su más fundamental objetivo promover el enfoque de la TJ, dar talleres, ofrecer consultorías (lo cual hace Wexley viajando mundialmente) y proveer un foro de discusión y publicaciones sobre el tema. Pueden visitar ese portal y familiarizarse con su contenido pues es muy útil. Wexley y Winick han publicado, además, el libro Practicing Therapeutic Jurisprudence: Law As A Helping Profesión de la Carolina Academic Press, 2000, y Judging in a Therapeutic Key: Therapeutic Jurisprudence and the courts, Carolina Academic Press, 2003.

El concepto de TJ ha sido ampliado paralelamente a lo que ha sido llamado el modelo de Justicia Restaurativa, esto es, una respuesta sistemática y sistémica que propone enfrentar el delito tratando de proveer alguna forma de sanación y/o cierre (restauración) de las heridas (daños) causadas o recibidas en las víctimas, los delincuentes e incluso las comunidades afectadas. A tales fines, en el modelo de justicia restaurativa se propone que todas las partes tengan encuentros presenciales para dialogar sobre el delito y sus efectos, se planteen medidas concretas para que se pueda reparar el daño (cuando esto es posible y en el grado pausible) y se trabaje para reinsertar al delincuente genuinamente rehabilitado como actor-activo, y productivo, en la comunidad mediante un plan donde participan todas las partes, incluyendo las víctimas. También se ha desarrollado un nuevo campo de estudio y aplicaciones conocido como Victimología, una especialidad dentro de la Criminología y Psicología Jurídica que intenta hacer un abordaje científico sobre los procesos y efectos del crimen en la víctima, el estudio del victimario, la victimización y los factores victimo génicos.

Sobre la Psicología Forense

La Psicología Forense es una de muchas ramas de especialidad en la Psicología. La palabra forense proviene de la palabra latina "forensis". Se refiere a "foro" en una clara alusión al foro romano donde se hacían las leyes en las cortes de la antigua Roma. Se usa actualmente en referencia al debate de ideas, motivos, causas, así como en la presentación de evidencia. Todo lo forense, por tanto, contiene un fuerte componente argumentativo, es decir, de confrontación entre distintas ideas, opiniones, versiones o evidencia. La participación de un/a psicólogo/a forense contribuye con su opinión profesional a ampliar el debate, la presentación de la prueba en cortes y los criterios que usa el jurado en su proceso de toma de decisiones. La Psicología Forense es una especialidad nueva que surgió en el Siglo XX (algunos señalan la época de inicio en 1908, con los planteamientos controversiales del doctor en Psicología, Hugo Münsterberg) ante la necesidad por una especialización que ayudara a entender los aspectos psicológicos de la conducta delictiva, así como ayudar a buscar equilibrio, interdisciplinariedad y justicia en los procesos jurídicos-sociales.

Münsterberg publicó su obra titulada En la posición del testigo (1908) dedicada al estudio de las verdades subjetivas contrapuestas a las verdades absolutas en los testimonios de los testigos oculares. Asistiendo regularmente a las cortes, como observador y espectador de casos reales, esto es, realizando lo que ahora llamamos estudios de campo y estudios de casos, Münsterberg analizó los recuerdos, la imprecisión compleja de algunas memorias y la percepción (diferencias de interpretaciones en un mismo grupo de testigos, que viendo un hecho a la misma vez hacían recuentos diferentes). Un muy controversial Münsterberg criticó la metodología tradicional del interrogatorio a testigos, el sistema adversarial en las cortes, así como las actitudes de rechazo y negación a la utilidad y aportación de la Psicología. Esto le ganó rechazo, antipatías y fuertes críticas (2). Münsterberg concluyó que cuando a un testigo se le pide que su testimonio sea verbalizado sobre las bases de "la verdad y nada más que la verdad", realmente se refiere -y no se puede pedir más- a la verdad subjetiva y parcial de cada testigo. Es a base de esto que declaró como inútil e inservible el interrogatorio del abogado como estrategia primaria para extraer la verdad objetiva del testigo. Propuso, alternamente, que la Psicología debía realizar esa parte del trabajo investigativo mediante técnicas e instrumentos científicos que pudieran "objetivar" la subjetividad del testigo y sus recuerdos. Otras recomendaciones de Münsterberg giraron sobre áreas que hoy día han sido atendidas y estudiadas, tales como las cualidades de las confesiones, el fenómeno de las confesiones falsas, los recuerdos falsos y los procesos perceptuales del jurado. En todas, Münsterberg llevó a cabo experimentos sobre la percepción concluyendo que aún la percepción más convincente puede estar muy lejos de los hechos (la verdad).

La reacción a estos planteamientos fue inmediata, y a pesar de la resistencia inicial, la incipiente Psicología Forense fue visualizada, paulatinamente, como una ciencia auxiliar al Derecho y la Ley. Poco a poco más abogados y jueces aceptaron la necesidad de consultar sobre aspectos de conducta a los especialistas de la mente (médicos, psiquiatras y psicólogos). La Psicología y la Psiquiatría comenzaron, entonces, a aportar herramientas, estudios, opiniones y teorías sobre los acusados y sus motivaciones. Esta mezcla de profesiones y ciencias generó debates de mayor profundidad y es dentro de estas circunstancias que se fue fortaleciendo la Psicología Forense.

Sobre roles y funciones de la Psicología Forense

El especialista en Forense se dedica al estudio, la evaluación, el testimonio y la consultoría de los factores que motivan al ofensor a transgredir la ley. El análisis de literatura refleja consenso en que la Psicología Forense puede aportar en varios niveles y en diversidad de roles:

- Puede estudiar la conducta criminal sin participar en un caso activo en corte en particular (mediante análisis de casos y creación de teorías sobre la personalidad antisocial, etc.).

- Puede servir de asesor al juez (como amigo/a de la corte) mediante consultas y asesoramiento.

- Puede servir de perito forense (testigo experto) para las partes (fiscalía o abogados de defensa- funciones psicojurídicas).

- Puede aportar en campañas de prevención educativa en programas de intervención con la criminalidad en escuelas, comunidades y agencias de gobierno (ejemplos: en campañas contra la adicción como las realizadas por la Alianza contra las Drogas en Puerto Rico, la campaña anti-violencia doméstica de la Oficina de la Procuraduría de la Mujer).

- Puede trabajar con la población confinada estudiando las cárceles, sus problemas internos y externos (como el estigma social al confinado) y ofreciendo atención directa a esta población (función clínica) como se ha hecho en Puerto Rico desde el Comité de Amigos y Familiares del Confinado.

- Puede trabajar con la fuerza policíaca en la identificación del criminal anónimo o ausente como en el caso de los asesinos seriales mediante la construcción de perfiles psicológicos (función policíaca forense).

- Puede hacer evaluaciones psicológicas que ayuden a evaluar la capacidad o discapacidad psicológica del /a ofensor /a (función diagnóstica-clínica-forense).

- Puede propiciar soluciones negociadas a los conflictos jurídicos, a través de una intervención mediadora que contribuya a prevenir el daño emocional y social (función de mediación de conflictos).

- Finalmente, pero sin limitarlo sólo a estas funciones, puede participar en la asesoría de política pública para la creación de leyes, reglamentos, protocolos en la política oficial de las sociedades, en sus agencias e instituciones. Si una de estas funciones es la más importante o esperada es definitivamente la de aportar en la prevención de diferentes tipos de conducta delictiva. Esto es parte de la labor que la "Forensic Science Association of Puerto Rico" (2002) plantea como agenda de trabajo necesario para todas las profesiones forenses.

- En lugares donde existe la pena capital, puede ser incorporado como orientador y/o facilitador de lo que es el proceso de muerte tanto con el condenado a muerte como con la familia de ambas partes: víctimas y victimario.

No debe entenderse por este listado, sin embargo, que las funciones o los roles de la Psicología Forense y Jurídica están claras, bien definidas y/o aceptadas. Existen aún mucha reserva entre profesionales, mucha controversia dentro de las cortes y muchas dudas (muchas simplemente por ignorancia) sobre la valiosa aportación de los especialistas en la conducta humana. En Puerto Rico se observa que aún no existen escenarios fijos donde el trabajo de psicólogos forenses sea requerido. Aunque existe bastante consenso en la necesidad de entender mejor la conducta criminal, no ha habido esfuerzo paralelo por crear fuentes de trabajo, puestos y funciones que ubiquen al psicólogo forense de forma más consistente o permanente en el Sistema Judicial. Otras profesiones forenses, en cambio, han logrado ubicarse mejor e inclusive ya son activas y requeridas por ley, como es el caso del patólogo forense.

Por tanto, en Puerto Rico, como en muchos otros países, quienes deciden estudiar una carrera en Psicología Forense encuentran un cuadro difícil que implica (a) ir a estudiar la carrera fuera del país, (b) reconocer que su primera tarea al adquirir su título es la de educar a las agencias de su país sobre la necesidad de crear puestos de trabajo en este campo pues el escenario no está definido todavía hacia la inclusión permanente de este personal, (c) y posiblemente deberá iniciar su carrera profesional, al menos por un tiempo, fuera del país en lo que asegura ganar más experiencia que le cualifique luego en las cortes. Esto ocurre no solo en nuestra isla sino en la mayor parte de los países donde la especialidad es novedosa, como en Argentina.

Es necesario por ello, que se inserte en el área laboral, institucional, en la docencia y se amplíe su cobertura a diferentes escenarios laborales donde su participación pueda resultar en una buena aportación hacia procesos más justos y donde la justicia quiera ser de enfoque más científico y humano" (3) .

De forma positiva, y como señal inequívoca de progreso, las especialidades que integran la ley y la Psicología recibieron un definitivo apoyo de organizaciones profesionales de la Psicología misma, como la APA (American Psychological Association) y otras no-psicológicas, como la ABA (American Bar Association). La APA validó la especialidad de Psicología Forense al crear divisiones que atienden su organización y desarrollo. Esta oficialidad le da un tremendo empuje hacia la continuidad en el futuro de crear nuevos profesionales, hacer más investigación y comenzar a crearse espacios dentro de la profesión misma de la Psicología y ante otras profesiones relacionadas. Dos divisiones de la APA aplican directamente:

- En el área de justicia criminal existe la División 18- Psicólogos en el servicio público- que responde a las necesidades del público en cuanto a la práctica psicológica, la investigación, el adiestramiento y la formación del profesional de la Psicología trabajando con los hospitales, con la justicia criminal, la policía y la seguridad pública, así como con poblaciones especiales, como los indios norteamericanos y los veteranos en EU. Publica una revista: Public Service Psychology (4).

- En el área jurídica-forense se creó la División 41- Sociedad Americana de Psicología y Ley- que promueve una mejor comprensión de la ley, las instituciones legales, la educación de los psicólogos en materia legal y -a la inversa- al personal legal en materia psicológica. Public Law and Human Behavior y American Psychology-Law Society Newsletter (5).

No hay comentarios: